Encontré esta carta hace algunos días en una casa abandonada, por lo visto ya no quedaban más huellas del suceso, tan solo esta carta.
Es un regalo previo al 21 de mayo que se aproxima, esperemos ver nuevamente gente en las calles haciendo valer el derecho a ser ciudadano y a expresarse, a utilizar los espacios públicos, sin miedo a la delincuencia ni al terremoto, armas argumentativas podridas utilizadas por todos los sectores políticos para amedrentar y controlar y en fin, salirse con la suya (la cual definitivamente no es la nuestra).
Mañana, mientras el presidente lea su cuenta pública, y los políticos pasen por calle Errázuris a toda velocidad en sus autos escoltados por carabineros, de la misma manera cruzaran escoltados (o intentarán cruzar) los manifestantes camino al Congreso Nacional; Mientras esos autos en dónde tan solo viaja el chofer y el político corten nuestra luz verde del semáforo, hagamos el ejercicio y sumemos los millones que cuesta dicho transporte, sumemos también la bencina, el sueldo y los beneficios del político así como también el sueldo del chofer...y contrastémoslo con el valor de una de esas mediaguas que se llueven ¿Cuál será la diferencia...será a favor del damnificado o del político (que por lo demás come bien y en abundancia, así como tiene una casa calientita e hijos con acceso a una buena educación)? Si quieren ser más justos con el político: sumen el valor de los forros de plástico que otorgó el gobierno, ni si quiera así cambiará la cifra.
Luego de este cálculo no vale la pena alegar por un basurero quemado o un foco roto, esos ya no son argumentos.
Un Chile Unido es aquél que reconoce sus errores y se las juega por superarlos, que busca terminar con las exclusiones, los abusos y de manera honesta se enfrenta a cambiar las cosas.
Salud Chile!
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