8 de marzo de 2011 - Flickr.com/0sama |
Hace unos días se conmemoró el “día de la mujer” (8 de marzo), y cientos de manifestantes, por todo chile, como a nivel mundial, salieron a las calles a reivindicar derechos y defender situaciones que garanticen la igualdad de derechos de la mujer. Del mismo modo, la mañana de ayer, llamó la atención del policía que detenía a un ser humano, ecuatoriano de piel negra, por cruzar la calle con luz roja. Estos dos eventos me llamaron la atención profundamente no por los hechos en sí, sino por los debates que generaron, y que dan cuenta de una característica de la imagen que queremos tener los chilenos, y la imagen que demostramos…la diferencia entre el querer ser y el ser.
En primer lugar, la celebración del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer; ya está claro que en Chile existen altos niveles de machismo no solo a nivel doméstico, sino también a nivel público: la diferencia entre los sueldos de los trabajadores en comparación con los de las trabajadoras (en un mismo cargo), demuestra que esto es una realidad, pero del mismo modo llama más la atención que en las propias figuras públicas esto sea una realidad más que clara. No olvidemos el caso de la mujer acosada por un político en el Congreso Nacional, y de qué manera esto intentó ocultarse hasta que ya no se pudo más, y el caso salió a la luz (“arreglos” quería el político, cosa de compensar su mala acción).
Está claro que gran parte de los chilenos ven el machismo como una actitud retrógrada, pero también vemos que son varios de esos mismos “anti-machistas” quienes no tienen problema (ni siquiera cuestionan) el hecho de que en la televisión abierta (la TV de todos los chilenos), gran parte de la programación haga alusión a la mujer como un objeto de consumo, de placer o mera diversión. ¿Me equivoco? Pues bien, enumeremos: Yingo, Matinales, Reportajes sobre llegada de turistas argentinas a playas chilenas, comerciales de línea blanca de las multitiendas con mujeres que promocionan los productos, etc.
Parece que los chilenos, después de todo, no somos tan “anti-machistas” como pensábamos. Además, ¿Qué pasó con los chistes en contra de homosexuales que abundaron en el Festival de Viña del Mar? “seremos homofóbicos, pero por lo menos somos ‘antimachistas’”.
Y claro, el descaro aún da para más: hace unos días se detiene a un ecuatoriano por cruzar la calle con luz roja (cosa que las leyes chilenas penalizan), y mediante unas grabaciones de video se enciende el debate acerca de que si la policía actuó de modo racista al detener a este ciudadano… ¿sólo por que es negro? Me parece que lo más chocante era el exceso de violencia del carabinero y, por sobretodo, que se haya tenido reducida a la persona, cual animalito, en plena vía pública. Según los superiores del carabinero, este había tenido que actuar de ese modo en reacción a la extremada violencia con que actuó el ecuatoriano al verse infraccionado. Pero la gente seguía alegando… ¡¿Porque es negro no se lo puede detener?! Muy bien, resulta que los chilenos, como lo dijo el ministro del interior, no son racistas, y no toleran ningún tipo de discriminación: Entonces volvemos al problema del querer ser y el ser de la sociedad chilena: En Chile no se tolera que el carabinero actúe así, pero si a un “lanza” o persona sospechosa de ser delincuente da igual que se le linche en la calle y que, incluso al estar grabado, el gobierno ni siquiera se manifieste: la respuesta a esto es que ese hombre es un “flayte”, por lo que puede ser disminuido tanto física como psicológicamente. Al igual que si un chileno o chilena antimachistas comentan la ropa de alguien que se viste como “chula”, y por ello justifican relacionarlas con las prostitutas (nada en contra, ya hablaremos de ese tema), o con alguien de un nivel social inferior a los demás.
Podría alargarme mucho más con las reflexiones, pero dejo eso a cada uno, e invito a cuestionarnos la forma en que actuamos, y nuestro discurso oficial. El próximo 8 de marzo conmemoremos el “Día de la Igualdad”, y todos los días practiquemos esos principios, aprendamos a convivir con cuanto etiquetaje social nos rodee (flaytes, cuicos, chanas/chanos, cumas, pobres, ricos, etc.) y llevemos a la práctica los valores que decimos representar. No permitamos que nunca más se permitan los excesos de la fuerza policial, independiente si somos blancos, negros, amarillos o morados, ya que el problema no radica en el color del detenido, sino en la poca capacidad intelectual y espiritual de los carabineros, militares, marinos, etc. que conforman las fuerzas de orden y armadas del país (en el fondo, simples peones entrenados para no pensar), no nos permitamos ser como los políticos, que si bien en el Festival de Viña se rieron frente a las cámaras por los chistes en contra de los homosexuales, luego dan declaraciones en contra de la discriminación, “porque el gobierno de Chile se opone a la discriminación”.
En definitiva, reflexionemos sobre nuestros propios actos, y seamos consecuentes con nosotros mismo, haya cámara de video, o no.
1 comentario:
Este dia de la Mujer me trae a la memoria aquellas bravas y valientes mujeres que salieron reiteradamente a la calle entre 1971 y 1973 con sus cacerolas a protestar contra la miseria y la carestia del gobierno de Allende,sobreponiéndose a la amenaza de grupos extremistas de izquierda que las golpeaban con cadenas en plena calle, ante la pasividad obligada de la fuerza publica, que seguia ordenes de la Presidencia del bastardo Allende.
Publicar un comentario