Doscientos años son pocos.

"Último día nadie se enoja", ¿será cierto? Como buen historiador (si quieren saber algo de quien escribe) no olvido que para la celebración del centenario de la nación chilena grandes movilizaciones se organizaron en distintos sectores, principalmente en la ciudad de Valparaíso, en esta celebración de 1910 los mancomunados anarquistas encabezaban las protestas, demostrando el descontento respecto las políticas a nivel nacional, las condiciones de los trabajadores y proponiendo una manera distinta de organizarse (no nueva, sin duda, pero poco tomada en cuenta - quizá a propósito-). De este modo otro problema se configuraba durante este periodo: la CUT se conformaba impulsada por partidos políticos, promoviendo la organización jerárquica y "formal". Así quizás no se buscaba desmembrar las organizaciones mancomunales o sociedades de resistencia (eminentemente anarquistas), pero de un modo u otro a la larga este sería el resultado.

Volviendo al tema de las movilizaciones de esa época no es extraño compartir esa sensación de desazón respecto de la clase dirigente Chilena, de las políticas a nivel social y económico y de las incansables luchas por parte de los partidos políticos por mantener su poder (ni si quiera legitimarlo) y, por supuesto, sus cargos de poder.

Pensemos ahora que el día de hoy amanecimos con la esperada noticia de que los presidentes de los partidos políticos oficialistas dejaban sus cargos - respondiendo al alegato de MEO y su 20% que penará por siempre a los tan podridos concertacionistas - y, de ese modo, aunque todos digan que fue una decisión "personal", sabemos en el fondo que es una jugada más no para "evitar que en Chile gane la derecha" (gran cosa, más de cien años de gobiernos de derecha y sentimos que Chile cambiará mucho con un nuevo señor de fundo en el poder) sino para evitar perder todos esos pitutos requetecontra apretados que organizan el tablero de la clase política chilensis. En el fondo gobierne quien gobierne los dominados siempre serán los mismos, ¿no tengo razón?.
Meo, tan intransigente, acaba de estrenar su nueva película: "la nueva política chilena", protagonizada, ¡que coincidencia! por los partidos políticos oficialistas (incluso el partido comunista se ha vestido de gala para el estreno), esto para hacer el frente a la película de la derecha: "la otra política chilena", un remake algo gastado protagonizado por aquellos que hicieron papeles de demonios en "el oscuro 73" (buen film muy recordado en la historia chilena, pero jamás comprendido), "la matanza de Santa María de Iquique", entre otras. - Y se preguntarán por qué me vuelvo metafórico con lo de las películas...¿es que estas elecciones no fueron un juego de imagen más que de consecuencia, política y ciudadanía? -.

Queridos lectores, hagamos el paralelo entre el centenario de la Nación Chilena y el Bicentenario esta, nos daremos cuenta que los anarquistas muertos ya hace años se revuelcan en sus tumbas por salir a las calles nuevamente: habrán cambiado los materiales de las casas y el espacio, pero la dominación sigue siendo la misma: económica, política, cultural e incluso sexual (o pregúntenle a esas y esos del morandé si no son un poco objetos aveces).

Docientos años son poco para una nación que aún no deja de lado sus instituciones y formas de interacción coloniales, sigamos adelante, no aligeremos la marcha ni dejemos a otros las luchas que nosotros mismos podemos rendir. Aprendamos que los partidos jamás tuvieron la oportunidad de cambiar el mundo, esta posibilidad siempre se ha cobijado en la acción comunitaria, en conjunto.

Salud!