Perro kiltro con ojos tristes mira de frente pero traspasa con la mirada, no cree en las figuras, existe tan solo un eterno infinito - el horizonte - y no quiere comprender que no se puede alcanzar, por ello lo persigue.
El horizonte se encuentra a unos 150 km de distancia y tiene nombre y apellido, así como también ciudadanía y dinero y ropa - aunque perro kiltro la imagina sin ropa, o espera hacerlo alguna vez, cuando la sugestión de las formas que no ve lo inviten a construir un cuerpo desnudo a partir de tan vanas pistas - ese horizonte que de pronto se acercó un poco de un momento a otro, cuando ya parecía alcanzable y tan solo el constante temblor de la duda (siempre presente, pero siempre ignorada, a la fuerza, pero ignorada) el infinito suprimió las distancias, todo viaje era eterno y toda figura más etérea aún. No por eso Perro Kiltro se alejó físicamente de ella (aunque recordemos que perro kiltro no ve las formas, porque no es eso lo que le interesa, la verdad) de hecho en un viaje de negocios que concluyó en otro vagabundeo común -pero abrasado por el calor sofocante de una urbe que pavimenta las respiraciones- y uno que otro cariño amistoso de otros viajeros, el Perro Kiltro se encontró a metros de su morada (lo suponía, no lo sabía), pero no hizo nada, ni siquiera con su última moneda se decidió a llamar.
En fin, perro kiltro ahora mantiene esa mirada, comprende las razones pero no quiere aceptarlas del todo (pues de ese modo perdería el horizonte y no quedaría nada más que ver) y espera paciente aquello que debe llegar, sin duda, pero demora.
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Algunas aclaraciones previas al final de esta entrada:
- "Perro Kiltro" no es Kiki, nuestro lector, amigo y compañero de vida en muchos sentidos.
- Como conversaba hoy con un amigo, no escribiré de política en esta entrada - pensando en la Segunda Vuelta - porque la verdad en Chile la política ya no se encuentra en las urnas, esto es tan solo un buen ejercicio de propaganda y publicidad. La guerra de la imagen.
- Tampoco estoy de ánimo para escribir de política.
- La bala llegó varios días después, diría una semana al menos, pero ahora duele como nuca.
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