Paja Poetisa - Por Chingaflon

… y allí se encontraba Darío con su mochila blanca, caminando al compás de las hojas caídas en otoño. Precisamente era un lunes 21 de agosto, cuando fue al lugar predilecto para comprar pasta base; no es que fuera mejor que sus sustancias hermanas, si no que su familia entera vende ahí, y les puede pagar en cómodas cuotas.

Hoy llego de un día de estudios, tranquilo al fin. No digo que llegué descansado por eso, y sin duda que en un rato más me voy a estudiar...antes de estudiar un poco de armónica, que es mi nueva amante, y esta no me falla y no le fallo. Pero encendí el computador para revisar mi correo y encontré una buena sorpresa: Chingaflon envió un texto a mi correo y, por fin, lo encontré a tiempo (el seguía enviándolos al Librepensador, y ese no lo reviso tan seguido). Mejor los dejo con el aporte de Chingaflon, quien por lo visto, y a modo personal, siento que ha cambiado durante este tiempo su manera de escribir, siempre es bueno que un escritor

 innove con lo que hace, así los lectores nos deleitamos tratando de redescubrirlo y lo apreciamos de nuevas maneras (esto lo digo como lector, que es lo que soy). ¡Saludos Chingaflon!¡ Muchas Gracias!.

Osama.-

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Paja Poetisa

… y  allí se encontraba Darío con su mochila blanca, caminando al compás de las hojas caídas en otoño. Precisamente era un lunes 21 de agosto, cuando fue al lugar predilecto para comprar pasta base; no es que fuera mejor que sus sustancias hermanas, si no que su familia entera vende ahí, y les puede pagar en cómodas cuotas. Siempre se arriesga, no le importa lo que suceda, sólo quiere

 su mono, quiere complacer a su organismo, a su cerebro, recompensar a su ano por el dinero conseguido horas antes. Iba solo, solo como siempre, solo, desde que se fue de la casa de su tío a la calle, sus padres lo habían abandonado al nacer. Solo, sin amigos, sin quien le quite ese deseo carnal del que ya esta aburrido, solo, se corre la paja todas las noches así para calmar su sed. Solo, con sus poemas, unos poemas maravillosos escritos por él. Soledad, paja, poeta; en su mochila llevaba lo necesario, el cuaderno un lápiz bic que de vez en cuando había que sacar el tubito y soplarlo para que todo la tinta se vaya hacia abajo; una pipa, y obviamente unas revistas pornográficas robadas la semana pasada. Todas las semanas se roba algunas en la tienda del viejo Pedrero.
Llegado al lugar del tráfico, a la casa abandonada, donde se quedaron de juntar con el narco; sacó el paquete de su mochila, lo abrió, enseguida depositó la dosis necesaria, acostumbrada, aprendida, a la pipa. Después de su golpe vitamínico, se borró completamente del lugar.

Chingaflon