Nuevamente el gobierno del presidente Piñera nos sorprende con sus políticas que, si bien no son nada nuevo –tomando en cuenta las políticas de la Concertación- sí sorprenden por su honestidad: “Estamos introduciendo cambios a los contenidos curriculares, incorporando métodos mucho más eficaces, mucho más productivos”.
Y claro, entre lo productivo obviamente no se encuentran las horas dedicadas al estudio de la Historia y las Cs. Sociales. Es por ello que en las escuelas de pedagogía, incluso los más silenciosos dieron un grito al cielo en contra de esta medida, ya que ven amenazada su fuente laboral, pues la solución que planteó el ministro (y que es proyecto de ley con suma urgencia, para ser aprobado pronto) propone la disminución de 1 hora en la carga horaria mínima semanal de la asignatura de Historia, desde 5º a 1º Medio.
De este modo, rápidamente comenzaron los debates por los correos de los cursos de las carreras de Historia y, al poco tiempo, la mayoría de los argumentos que afloraban tenían que ver con defender los intereses gremiales, y nada más que eso: incluso muchos decían que era coherente lo que planteaba el ministro de educación, ya que era cierto que de ese modo la educación mejoraría.
En definitiva, el siguiente texto es un punteo que se redactó para comenzar el debate en la facultad de Historia de la PUCV, y busca ordenar las ideas y demostrar que el conflicto real no tiene que ver con intereses particulares de los profesores de historia, sino algo mucho más profundo y complejo, y que atañe a los profesores y la ciudadanía tanto de Chile como del mundo.
Contexto Internacional
En primer lugar, hay que tener claro que estas reformas son hechos globales, no aislados: Pensemos además que Chile se integró oficialmente – en febrero de este año – a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, alias “El Club de los Países Ricos”), lo que implica cumplir con políticas económico-sociales que se vienen desarrollando desde los gobiernos de la concertación.
Además, son varios los países que están realizando reformas a la educación, y siempre a espaldas de los educadores: recordemos que para las movilizaciones de 2006 simultáneamente en Brasil y México había problemas por temas muy similares. Del mismo modo en la actualidad las protestas en Italia, Bulgaria e Inglaterra se llevan la atención de los medios masivos de comunicación.
Tampoco hay que plantear este problema como una ocurrencia del ministro Lavín ni menos como la postura de moda anti-piñera. Esto es un conflicto que se viene acarreando desde hace varios años y en dónde la Concertación y sus políticas no marcaron la diferencia, sino que al contrario: la única diferencia es que el nuevo gobierno de derechas tiene la tranquilidad de decir las cosas por su nombre, sin miedo a reproches, pues cumplen con la imagen que proyectan y que se espera de esa postura política.
Características de la Reforma en Chile
Estas reformas se suman – a nivel del gobierno actual – a una serie de medidas que ha planteado el oficialismo en post de la calidad de la educación, un concepto cuestionable, pues nadie sabe precisamente a qué nos referimos con ello, pero todos la exigen.
Entre las medidas que ya se habían llevado a cabo está la de los “semáforos de la educación”, donde se etiquetó a cada escuela del país con un color (rojo, amarillo y verde), según su “calidad”, es decir, según los puntajes obtenidos en las pruebas SIMCE. Como también la Beca Vocación de Profesor, la cual busca estimular el estudio de la Pedagogía mediante el pago de $80.000 mensuales a los estudiantes, el pago de la carrera y pasantías en el extranjero; claro que para optar a esto es necesario un puntaje sobre los 700 puntos (para la totalidad de los beneficios), lo que nos demuestra que este estímulo será en un su mayoría para estudiantes de escuelas privadas y de más altos recursos, pues son quienes más alcanzan estos puntajes, y los estudiantes más pobres, en cambio, serán los menos los que alcancen estos puntajes, por lo que aumentará la brecha de la desigualdad en nuestro país (la cual no deja de crecer).
Lo que se proyecta, con la nueva reforma, la cual se entregará el día 22 de noviembre, y que debería implementarse a partir de 2011 es entre varias medidas como bonos y aumentos en los salarios a algunos profesores, así como la creación de las “escuelas de excelencia”. Medidas que en definitiva no pasan de la retórica en muchos casos, ya que en palabras del presidente: “(con estas medidas) se mejorarán el prestigio y la dignidad de los profesores” ó “los apoderados recibirán información clara y precisa de los resultados de sus hijos y de los establecimientos de su comuna, así podrán tomar decisiones más libres e informadas”, intentando de este modo solucionar un conflicto que lleva años en la educación, y tiene que ver con el compromiso de los padres con la educación de sus hijos y con el establecimiento educativo. En definitiva, una serie de contradicciones e imprecisiones que no logran nada más que otorgar bellas palabras…pero a estas se las lleva el viento.
De hecho, basta con consultar cualquier texto de educación (escrito por pedagogos) para darse cuenta que uno de los mayores obstáculos para que un Proyecto Educativo sea exitoso tiene que ver con el compromiso de los padres con el establecimiento educativo, es decir: Una comunidad educativa fuerte, cohesionada en torno a un objetivo común respecto la educación.
Esta disminución, por otro lado, no pasa de otra medida para terminar con las asignaturas con Objetivos Fundamentales Transversales más transformadores y que apuntan a desarrollar empatía, respeto por la diversidad, solidaridad, etc. así como cuestionar la propia realidad y plantear futuros alternativos. La batalla que perdió la Educación Cívica en las clases de Historia, la batalla que perdió Música, Arte e incluso Filosofía – la madre de todas las ciencias- es claro ejemplo de ello: hoy es Historia, por un simple descarte, pero el problema es de toda la educación, no solo de los profesores de historia.
Respecto de lo que atañe en este momento, acerca de la disminución de horas mínimas en Historia y Cs. Sociales, la idea es simple: El MINEDUC busca implantar este Nuevo Plan de Estudios readecuando las horas mínimas semanales de enseñanza de cada asignatura, para los cursos de 5º a 1º Medio. Las asignaturas que recibirían más horas serían Matemáticas, Lenguaje y Comunicación e Ingles; en desmedro de las horas de Historia, Geo. Y Cs. Sociales.
En números, Matemática aumentará (desde 5º a 1º Medio) 320 hrs., Lenguaje 480 hrs e Ingles 80 hrs.
Los argumentos para estos cambios son, publicados en la página web del MINEDUC:
“El aumento de tiempo disponible entregará a los docentes una oportunidad para enfrentar sus alumnos a una mayor ejercitación en matemáticas y ayudarlos a desarrollar las habilidades de pensamiento propias de esta disciplina. Tener más tiempo disponible permitirá también atender a la diversidad de sus alumnos, proporcionando actividades específicas para diversos niveles y estilos de aprendizaje.
Con respecto a lenguaje este aumento les otorgará mayores oportunidades de enfocarse en la lectura, dedicar una hora a una visita a la biblioteca (CRA), practicar las competencias de lenguaje oral en actividades de exposición y debate y desarrollar con los alumnos actividades abundantes relacionadas con la producción de textos escritos.
El aumento en 5° y 6° básico de las horas de Inglés favorecerán una iniciación más afectiva en la adquisición de competencias comunicativas en esta lengua.”
Estos argumentos generan una serie de interrogantes, las cuales tienen que ver con el verdadero interés que se esconde tras este discurso. En primer lugar es preciso asumir que sin duda es cierto que del 95,7% de los Chilenos que sabe leer y escribir, un gran porcentaje es lo que hoy se denomina “analfabeto funcional”, es decir, que si bien sabe leer y escribir, no consigue hilar las ideas que estos textos le aportan, tampoco posee las habilidades para criticar, profundizar ni comprender lo que se transmite mediante los textos. Esto es un problema que sin dudas atañe tanto a la asignatura de Lenguaje como a la de Historia (dos de las cuales implican la lectura crítica y reflexiva). Pero esto no se soluciona con más horas destinadas a que los jóvenes visiten el CRA (Centro de Recursos del Aprendizaje), sino que haciendo frente a la enorme cantidad de estímulos que reciben a diario las personas (Internet, televisión, películas, etc) y que vuelven poco atractiva la lectura. Por más que se dediquen horas a la asignatura de Lenguaje y Comunicación, estas no serán efectivas si no se ataca la raíz del problema: una sociedad muy poco comprometida con la educación, con muy pocas habilidades desarrolladas para autocultivarse, para ser autodidactas.
Del mismo modo, las horas extras de Matemáticas son solo una pantalla más para mejorar las cifras de pruebas que no miden lo más importante en la educación, que tiene que ver con la calidad de las personas que en ella se desarrollan y con su capacidad creativa que, según se espera, debería ser estimulada por las escuelas. Estos cambios solo buscan obtener “mejores resultados” en pruebas que, como está comprobado, son solo datos, pues los problemas reales no tienen que ver con las pocas horas de clases, sino con lo poco atractivas que se vuelven las matemáticas y la escuela para los niños y para la sociedad.
Por último, cabe preguntarse cuánto es el interés real por la calidad de la educación que plantean los políticos, pues parece que más interés hay por terminar con las instancias que desarrollen habilidades críticas y reflexivas en las escuelas, de este modo se obtiene como resultado personas que cumplen funciones determinadas y órdenes emanadas de sus superiores (los cuales curiosamente estudiaron en otras escuelas, donde les enseñaban “para ser los jéfes”) y de la clase política, económica y culturalmente dominante (si, culturalmente también, pues por algo aumentan también las horas de inglés).
Además, hay que preguntarse si se ha planteado en algún momento en estas reformas lo que los pedagogos conocemos como algo sumamente trascendental al momento de enseñar, y que va más allá del mero repaso de contenidos: los Objetivos Fundamentales Transversales y las Habilidades. Estos dos conceptos han sido dejados de lado en estas reformas por lo que desde una primera lectura ya se intuye que no se busca una mejora en la educación, sino claramente una mejora en los resultados de las pruebas.
Propuestas
A modo de conclusión, y como se dijo en uno de los Foros Sociales Mundiales: “Hay que pasar de la protesta a la propuesta”, se hace necesario que los educadores del país no se queden solamente enfrentándose a la medida del ministro Lavín, sino que propongan nuevas formas de llevar a cabo la educación en Chile.
La educación del país debe ser garantizada y financiada por el Estado, pero este no debe influir en sus políticas ni en sus lineamientos, puesto que ello depende de lo que determinen los especialistas en educación, y no los políticos: No sirven de nada políticas educativas que cambian su rumbo cada 4 años, según el ritmo de la política gubernamental; la educación es un proceso a gran escala y a largo plazo, no una situación de estímulo y respuesta.
Impulsar instancias críticas y de debate en torno a la educación que partan desde el interés de los mismos profesores, y que estos se comprometan del todo con una educación transformadora, crítica y reflexiva.
Si creemos que estas reformas no son necesarias, seguramente es porque no nos hemos dado cuenta de la realidad en la que nos encontramos inmersos, la cual nos ahoga diariamente y coarta nuestra libertad, de lo contrario no ocurrirían cosas como:
-Expulsión de inmigrantes y gitanos en Europa (a algunos decenios de terminada la fatídica 2º Guerra Mundial)
-Violación y flexibilización de los Derechos de los Trabajadores, en donde se obtienen como consecuencia sueldos paupérrimos, horas de trabajo extenuantes y trágicos accidentes (los 33 mineros, accidentes en carreteras por exceso de horas de trabajo en los conductores, grandes porcentajes de cesantía).
-Militarización de territorios en contra de movimientos indígenas que reivindican sus derechos y sus tierras.
-Toma de decisiones por parte de los políticos y los empresarios, en donde la ciudadanía no es consultada, y debe acatar las consecuencias.
-Fuerte represión policial en contra de estudiantes y trabajadores, los cuales demandan causas justas.
-Privatización de empresas públicas y lucro mediante la educación.
Todas estas cosas sin duda que serían cuestionadas con algún grado de conciencia histórica y de identidad, cosas que son impulsadas mediante el aprendizaje de la Historia y el desarrollo de habilidades críticas, analíticas y transformadoras.
Por último dejo un video, que ayuda a complementar lo ya argumentado:
2 comentarios:
La "Revolucion educacional" segun las fracasadas ideas socialistas consistitiría en torpedear los proyectos educacionales de colegios exitosos sólo por ser particulares, nivelar para abajo, crear una educacion basada en la propaganda socialista más parecida al adoctrinamiento politico, atea y contraria a las tradiciones y creencias de la mayoria de los chilenos, apelando al resentimiento social como piedra angular y a la destrucción sistemática de los valores tradicionales de la familia como nucleo social , limitar la libertad de enseñanza y de iniciativa que no provenga del Estado, en resumen...una mierda.
Su filosofia se puede resumir en : si el Estado no es capaz de entregar una buena calidad de educacion (y el Estado socialista lo es realmente incapaz de hacerlo), no permitamos que otras instituciones lo hagan. Si no somos capaces de crear algo bueno, que nadie pueda disfrutar de algo mejor".
hay que recordar también, ya que no es de gremio, que educación tecnológica de igual manera se verá afectada.
Buen texto para informarse.
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